Somos el
país de la movilidad humana, nos ufanamos de tener en la constitución, que
llamamos de avanzada y garantista de derechos, principios y garantías
constitucionales de “avanzada”, y, sin embargo, tenemos problemas con las
personas en movilidad humana.
Hace unos
pocos años, expulsamos a un colectivo de personas en movilidad humana, que se
habían agrupado en uno de los parques de Quito, quienes para el país, hallaban
en situación de irregularidad, sea porque sus visas de visita o turismo habían
caducado, o por que pese hacer un país de la movilidad humana, nos habían
visitado tantos ciudadanos cubanos, y no querían irse o querían irse si, pero a
Estados Unidos, el “país de las oportunidades” y de los grandes sacrificios,
como si no lo supiéramos, nosotros los ecuatorianos, pretexto de la masiva
visita de ciudadanos cubanos, país, con el que en esa época tendimos grandes
amistades ideológicas, sin embargó no nos interesó o no nos preparamos, para recibirles,
direccionarlos, incluirlos, o por lo menos buscar medios idóneos para su
movilidad.
Terminamos
expulsándolo, deportándolos, librándonos de ese “pequeño problema” sin las
garantías ni los derechos consignados a las personas en movilidad humana, a los
inmigrantes a los cuales su propio país negaba el retorno, por haber
permanecido mas del tiempo estipulado, fuera de sus fronteras, el pretexto fue
que las leyes migratorias ecuatorianos eran caducas y que la ley de movilidad
humana, solventaría dichos vacíos.
Luego de
ello, en el país de la movilidad humana y de la interculturalidad, una unión de
hecho, que luego desencadeno en matrimonio ancestral, con ciudadano
ecuatoriano, no sirvió, para demostrar que una ciudadana extranjera, había
constituido una relación sentimental, obrando políticamente, antes que jurídicamente
la expulsamos, aunque se diga que la deportamos, sin razón o motivación alguna,
sino el hecho de considerar que los ciudadanos extranjeros, no tienen derecho a
pensar, opinar, menos a tener ideología política y peor pensar socialmente, de
aquel interés por un mundo en el que la ciudadanía universal, fuera el blasón
de un país, en el que la Movilidad Humana, alcanzo esferas constitucionales.
Ahora
resulta que los ciudadanos de Venezuela, inundan los países vecinos en la huida
en estampida de un proceso que si bien puede ser democrático para algunos, al
parecer no satisface necesidades mínimas, que los seres humanos requerimos, lo
peor de ello, es que visitan al país de la movilidad humana, de los derechos y
garantías para migrantes, y en vez de buscar soluciones, se los criminaliza, pauperiza
su migración, se castiga su pobreza y se burlan de su deseo de libertad y
movilidad, muchos de ellos han debido buscar las más ingeniosas formas
económicas de subsistencia, en trabajos para los cuales no fueron capacitados
ni estuvieron preparados, ejemplo la venta de comidas por ellos elaborados, la venta
de productos elaborados en cada esquina o la prostitución oculta que
desencadena en trata de personas, por un plato de comida.
El país
de la movilidad humana, que tiene miles de personas emigradas, a las que
tampoco se han logrado dar soluciones, y que en su momento se invitó con brazos
abiertos a que vinieran y vinieron, pero no se les dijo que por ser mayor de 40
años, su inserción laboral era difícil, por no decir imposible, generar empleo
o ser empleados son situaciones muy complicadas, tienen capacitaciones y
certificaciones profesionales, que no son considerados y si se les consideran,
por su edad, no son contratados, se encuentran en un mercado saturado por la profesionalización
de quienes se quedaron, e incluso, los
mismos becarios que han retornado, pese a contar con titulaciones
importantes y valiosas para el recambio educativo, industrial y la generación
de nuevos campos profesionales, mendigan por ser docentes, mientras las
universidades no los considera y hasta hay una universidad privada en Quito,
que pide profesionales graduados en universidades americanas, sin considerar a
este mercado de becarios.
El crédito
se les complica por que si bien es cierto que posiblemente la banca publica se abrió
al crédito para los retornados, las garantías no cumplen la petición de requisitos
o el interés es imposible de pagar en un país dolarizado donde el 11% anual es
el mínimo para este tipo de créditos, donde no existe una inversión no reembolsable,
menos podemos hablar del desarrollo del capital semilla para emprendimientos de
personas retornadas capacitadas.
Súmese a
esto, el hecho de que sus ahorros se van acabando bajo promesas y compromisos
que cumplirán mas de 10 años sin aterrizar en una realidad conocida en miles de
seminarios, talleres, reuniones, mesas de trabajo. Han vuelto los retornados a
un país desconocido, raro, extraño, donde su trabajo no es considerado y donde
el apoyo estatal y privado no los cobija, donde no se les confía y lo mas
practico para ellos es re emigrar.
El país
de la movilidad humana, parece que no es humana, sino económica y al parecer no
es movilidad, sino incertidumbre.
Hoy con vergüenza
pude constatar que varios ciudadanos inmigrantes, especialmente venezolanos, se
han agrupado en el terminal del norte, el de Carcelén y allí prácticamente han
tendido su campamento, mientras reúnen dinero para avanzar al sur, a nuevas
aventuras y buenas o malas, pero vi hombres, mujeres y niños, familias, tras un
mejor futuro, que al parecer en este país, no lo están hallando, demostrando
otro fracaso mas en cuanto a movilidad humana, no es necesario grandes
sacrificios, es necesario mas humanidad, no vi organizaciones de migrantes, ong´s,
ni organizaciones pro niños, pro niñas, pro migrantes, no vi a nadie del estado
que busque soluciones.
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