El negocio de la vieja política, es el negocio de las oportunides y del mercado de valores en cuanto a las necesidades propias, la lealtad, no entra en este mercado, por cuanto esta se limita a los intereses propios de cada persona y sus urgentes previsiones para un futuro mejor, dicho de otra manera, los “elegidos democraticamente” y representantes aun de la partidocracia obtusa y envejecida, ni muy pocos ni muy muchos, realizan un verdadero trabajo por sus mandantes, y no es que no los quieran hacer, es que el sistema, el medio, su propia educación, y sus “inteligentes opciones”, a mas de sus “avivadas” les lleva a elegir caminos mas fáciles en cuanto a la decisión de desarrollar y mejorar un sistema del “toma y daca” político, muchos de los oradores fáciles, de los “palabreros” que aun no han sido ajusticiados por la decisión popular, palabrean en las calles, cesiones y comisiones, en defensa de los todos, pero en las reuniones a puerta cerrada, gritan esquirlas contra quien les quiera quitar espacio, dinero o poder, aquellos que juran y re-juran ser humildes, democráticos, son en realidad intransigentes, que se llenan de pretextos a favor de su pueblo, y que se justifican los bolsillos con silencios y olvidos.
La lealtad, simple elemento de agencia miento con ciertas personas, amigos, familia y grupos, no esta en el tema de los viejos políticos de siempre y es así que como veterano jugador en el olvido, exhiben en sus casas camisetas de todos los equipos por los que pasaron, y su ideología que nunca la tuvieron y que juran incolumne solamente sirvió de parametro para que el mandante, creyera en ellos y ellos solo creyeran en el olvido. Amen..........
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