jueves, 23 de abril de 2020

El derecho a ser persona


En estos tiempos de pandemia, se nos ha olvidado por completo el derecho a ser persona, ese derecho inmanente a los humanos, por sobrevivir, subsistir y apoyarnos unos con otros, si lo sé, se parece a un sermón de iglesia o culto, pero créanme que no lo es, es la esencia misma de la humanidad, el apoyarse mutuamente para resistir y proseguir, desde el nómada que para alimentarse  se liaba a otros con el fin de doblegar a las grandes bestias, hasta el ser humano establecido y estable en un solo suelo, los humanos se han apoyado con el fin de sobrevivir a los grandes males.

Es esta pandemia, la que en alunas circunstancias, nos ha hecho ver que muchos seres humanos, por aquel derecho a ser personas, conjunto, sociedad, persiste en la idea de apoyarse mutuamente y salir adelante, apoyando al amigo, al vecino, al extraño, brindándole de lo poco que tiene, algo, y de lo mucho que le sobra, todo para subsistir, sin embargo ha sacado también lo malo, lo desdeñoso y lo inhumano, manteniendo ese sistema por el cual, solo el que tiene vale, y el que no tiene no.

Diariamente vemos como los grandes empresarios han adecuado su trabajo a la pandemia y han “ajustado” sus precios al momento, a veces de modo imperceptible los comisariatos han elevado centavos en ciertos productos, los cuales, en masa, representan elevadas ganancias y perjuicio al cliente, que de todas maneras al no tener ingresos, por esta severa suspensión, debe adquirirlos para subsistir.

Los gobiernos de turno, que alegan “no haber estados preparados” demuestran que nunca estuvieron preparados a nada y que sus aspiraciones mezquinas que les hicieron llegar a donde están, por la necesidad de estar en los hogares les mantienen en sus puestos, aun sabiendo que su aporte no marca la diferencia, y que para subsistir, no deben gobernar, al contrario declararse obreros de un sistema democrático ya arcaico y que se debe modificar, entonces los vemos ellos, los llamados a administrar, convertidos en verdaderos obreros de sus propias instituciones, como que no hubiera mas empleados, son los encargados por las fotos donde debe mostrarse servir, entregando los productos para la subsistencia de unos pocos, productos que no llegan a los verdaderos necesitados.

Los vemos convertidos en verdaderos personeros de limpieza y aseo, que minimiza el verdadero servicio que debería multiplicarse, ero claro gastando los fondos en vídeos, fotografías, publicidad, demostrando que, para su caso, la capacidad administrativa, directiva y de gestión es nula, demostrando que su humanidad es el mercantilismo vil, de su sistema democrático manoseado.

El derecho a ser persona obliga, a la necesidad de apoyarnos, crear un verdadero sistema de apoyo, que no necesite de publicidad burda, sino de actos y acciones positivas, que marquen la diferencia, que nos hagan cada día mas personas, y menos estadísticas, que demuestren, por ejemplo, que no es necesario que me graven, que me filmen, que me hagan publicidad por entregar apoyo al que más necesita.

El derecho a ser persona debe marcar ese a tes y ese después, ese hecho que va degradando el planeta, debe cambiar y emerger una nueva visión de un paralelismo entre persona humano. planeta tierra, que elimine la imagen de enemigos de nuestra tierra y nos convierta en amigos del lugar donde vivimos.

El derecho a ser persona, a vivir, a sonreír a compartir lo poco que tenemos, para que el que nada tiene, el derecho a ser persona marque un antes y un después, y que se eliminen las barreras entre personas, llamadas clases sociales y se elimine ese sistema de democracia falsa, donde solo llegan los que se pueden vender.

La democracia, las elecciones.

 Nuevamente nos invaden en nuestro diario vivir, las campañas electorales, cada rincón del país, se invade, y se reactiva la economía, si, p...